Posteado por: periodistarural | 9 julio 2010

Equidad de género: ¿cuestión de estructura y dinero?

Por Juan Cheaz
Investigador Principal de Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural

Es motivo de celebración y momento para renovar nuestro entusiasmo en torno a la construcción de la equidad de género, luego que recientemente Inés Alberdi, Directora Ejecutiva de United Nations Development Fund for Women (UNIFEM), anunciará la creación de la ONU Mujeres.

UNIFEM se fusionará con las tres entidades de la ONU que trabajan en asuntos de género: la División para el Adelanto de la Mujer (DAW), la Oficina del Asesor Especial en Cuestiones de Género y Adelanto de la Mujer (OSAGI), y el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW).

A la fecha, es evidente que entre las dificultades más serias que se enfrentan  para apoyar a los países en la implementación de los compromisos hacia la equidad de género se apunte al financiamiento insuficiente y la ausencia de un “motor único reconocido para dirigir la respuesta de la ONU en pro de la igualdad entre los géneros.”

De lo anterior cabe preguntarse qué tanto hemos avanzado, y si efectivamente esos son los asuntos principales, o si hay otros asuntos que histórica, estructural e institucionalmente han impedido avanzar hacia una situación de mayor equidad de género, respeto pleno de los derechos de las mujeres y, sobre todo, hacia el  reconocimiento de las mujeres como sujetas de derechos.

Observo con preocupación los resultados del Diálogo Estratégico «Centroamérica ante el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)». Esta instancia, convocada  por el Banco Centroamericano de Integración Económica el pasado  17 de junio, reveló parte de  los importantes rezagos  que aún afectan a las mujeres  en materia de autonomía económica y física, y  participación  política.

Según Janet Camilo, Presidenta de la Federación Dominicana de Mujeres Social Demócratas, las mujeres tienen que persistir en superar los rezagos de género. Dirigiéndose al cónclave de la Internacional  Socialista celebrado en Andorra, Camilo puso como ejemplo de esos atrasos que “hoy día las mujeres seguimos siendo las grandes ausentes de las decisiones de poder en el mundo. Para sólo citar un ejemplo: ninguno de los principales organismos internacionales, políticos o financieros está dirigido por alguna mujer.  De las 100 grandes empresas del mundo, ninguna es gerenciada por una mujer.  De las 25 fortunas más grandes del planeta, según Forbes, ninguna pertenece a una mujer”.

En mi experiencia de trabajo para integrar la dimensión de género a iniciativas de investigación, aprendizaje y desarrollo de programas de empoderamiento económico, las estructuras organizativas y los recursos financieros son importantes, pero no suficientes. La falta de conocimientos por parte de los actores sociales relevantes para comprender las distintas dimensiones, espacios y formas en que  se manifiestan las relaciones de género y poder pueden ser mayores obstáculos.

Los errores históricos de reconocimiento  llevan a  nuestras sociedades a perpetuar las relaciones desiguales entre hombres y mujeres como si fueran algo “normal y natural”.  Instituciones como  las iglesias y la familia en su acepción más conservadora, constituyen arreglos que pueden perpetuar roles que fortalecen las relaciones desiguales. Es imprescindible que mujeres y hombres trabajemos con un sentido de convergencia y pertenencia, y de respeto mutuo hacia el logro del reconocimiento de los derechos de las mujeres.

Actualmente, mujeres de todas las latitudes de América Latina y el Caribe están debatiendo,  creando e impulsando ideas sobre la mejor forma de avanzar en la agenda de equidad de cara a la  Conferencia Regional de la CEPAL sobre la Mujer y un balance regional sobre la Plataforma de Beijing, en Brasilia. Es de extrema importancia y atino que quienes están liderando este proceso  enfaticen aspectos clave para la región.  En  palabras de Sonia Montaño: “Los ejes a los que se dará énfasis serán  la economía y el debate sobre el Estado, ¿qué Estado queremos para qué tipo de igualdad?”.

Para América Central, será importante retomar un tema clave, aunque recientemente olvidado bajo las sombras de las crisis globales referido al  impacto de los tratados de libre comercio para las mujeres. Un estudio reciente de CLADEM señala que “la apertura comercial se traducirá en un impacto negativo en el empleo agrícola y manufacturero, lo que repercutirá de forma desfavorable en las mujeres, mientras los efectos positivos derivados de un potencial incremento de las exportaciones no están garantizados.” Sería relevante retomar estos análisis y ampliarlos para incluir también la reciente aprobación del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y la Centroamérica.

Esta columna de opinión fue publicada el 7 de julio en el Diario digital Contrapunto de El Salvador.


Respuestas

  1. Considero que aunado al impacto negativo que los tratados comerciales puedan tener en la vida de las mujeres, también es importante evaluar hasta dando hay indicios de tratar de enderezar el camino, en aaquellos países en los cuales se han dado cambios trascendentales en la conducción política del estado. ¿Se vislumbran cambios en la inequidad prevaleciente? O ¿Son las raíces de una dimensión tal que los esfuerzos iniciales son fácilmente superados por el status quo?


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